Las Ficciones del Analista

Con mis Bueyes Perdidos di mis primeros pasos, algo así como animarme a exponerme a través de mis reflexiones bajo la forma de ensayos, ahora doy un paso mas, con mas trabajo dejare algunas ficciones que mi imaginación vaya dando a luz, ojala sean de su agrado.

jueves, 13 de agosto de 2009

Solo.


El viento perenne le azotaba la espalda, la piel curtida parecía insensible al calor, pero solo parecía, sentado en la roca, sobre la yerma elevación, contempla una monotonía mineral que se extiende hacia el horizonte. Una sonrisa triste se dibuja en su rostro, inmóvil en la roca, deja que su mente se llene de recuerdos, el único tesoro que aun conserva. Se sorprende que aun sea capaz de recordar su lejana niñez, aunque la palabra lejana, hablando de intervalos de tiempo, se vuelve un eufemismo en su vida.
Nació en la Mesopotámia asiática, cuando el Tigris y el Eufrates eran vergeles casi vírgenes, en una tribu de nómadas cazadores y ocasionales recolectores, cuando la vida era peligrosamente sencilla, los códigos elementales pero grabados a fuego y la vida misma una aventura. Así aprendió a leer a las cosas vivientes, a los minerales, aprendió la insignificancia del humano frente a una naturaleza, la mas de las veces, benigna o simplemente impasible a su sufrimiento. Entre juegos y aprendizajes se convirtió en un joven fuerte, saludable, quizás demasiado, mas tarde vendría el mito, la leyenda.
Remolinos de viento rojo, como lenguas de fuego danzan a su alrededor a veces acariciando su piel de manera dolorosa, debería estar acostumbrado, pero no, su cuerpo se empeña en recordarle su humanidad, algo que solo él sabe presente.
Se para lentamente y contempla al astro anaranjado que, en apariencia inmutable, lo preside todo desde un cielo de nubes plomizas y densas, pero incapaces de opacar totalmente su presencia. Cansinamente comienza a caminar, sin rumbo, como día a día, la opresión de la sed lo sorprende descuidado, cierra los ojos y se concentra para alejar la sensación, la necesidad, nuevamente se refugia en su historia.
Imágenes de incontables amores, amores estériles ya que su propia naturaleza lo volvió incapaz de dejar alguna descendencia, aun con lo más avanzado de la tecnología, cuando esta aun existía, cuando aun había una humanidad que la usufructuara. Su sonrisa se vuelve aún más triste, que ironía, los dioses pueden sufrir. Se sacude la sombra que lo envuelve y retoma, como innumerables veces antes, el nutrido catalogo de profesiones, como para darles alguna denominación, que supo ejercer a lo largo de su extensa vida. Vida,
Era un pequeño pastor de cabras cuando, a los 7 años, los dioses descendieron en sus “casas voladoras” como entonces fueron llamadas por los miembros de su aldea, los dioses, sonríe al recordar esa denominación, les transmitieron valiosos conceptos y en sus “casas voladoras”, inclinaron a su favor, cuando fue necesario, las luchas tribales y de poder de la antiquísima y embrionaria Asiría-Babilonia, fue en una de estas, en la que, elevado al cielo, le fue conferido el don que hoy lo atormenta, para ser guía y símbolo de su pueblo.
Desde entonces ha sido soldado de incontables guerras, nuevamente pastor, alquimista, científico más formal, técnico, empresario y alguna vez se atrevió a incursionar en la política. Hoy es el ultimo representante de una antiquísima raza desaparecida hace dos o tres millones de años atrás, quien es capaz de llevar semejante cuenta, hoy es el ultimo ser humano en la faz de la estéril tierra.
Su cuerpo es incapaz de corromperse, pero no de sentir dolor, los años no dejan huella en él, pero su alma esta lastimada por centurias de intentos de salvar la del resto de su especie, a veces con bondad digna de un santo otras, cuando la paciencia le flaqueaba, con el despotismo mas acérrimo, solo con una constante, el fracaso. Conciente que si sus “benefactores” no regresan en los próximos cientos de años, su sufrimiento será aun peor, cuando el sol convertido definitivamente en gigante roja, lama su cuerpo, lo queme impiadosamente pero sea incompetente para matarlo. Quien sabe si aquella civilizaron no se haya extinguido ya, pero mientras tanto solo le queda tener la esperanza de ser liberado de un terrible futuro.
Su epopeya, cuando así se la denominaba, ya estaba escrita en tabletas de arcilla que formaban parte de la biblioteca del rey Sirio, Arsubanipal, después no hay registros, solo los que conserva en su mente, su nombre, el primero que recibió, aquel que le dieron al nacer, es Gilgamesh, el inmortal.

martes, 20 de mayo de 2008

Ecos de carcajadas.



Apoyó cansinamente la barbilla sobre la boca del caño, necesitaba despabilarse de alguna manera y pensó que el frío del metal y la incomodidad de la posición harían el trabajo, se equivoco. Llevaba 42 años arrastrando la vida y había momentos, como ese, en que se sentía cansado de ella, sonrió dolorosamente por la posición en la que se encontraba, cansarse de la vida, arrastrar la vida, sus propias reflexiones, vistas con objetividad eran deprimentes.

Imágenes de la niñez lo abordaron en tropel, aun lo sorprendía la manera clara en la que podía recordar eventos tan lejanos en el tiempo, periódicamente y a pesar de si mismo los recuerdos se metían con absoluta presencia en sus soledades. Hijo único con madre sobreprotectora y padre ausente, fue criado por ella y su abuela en la casa de la segunda, si bien lo llenaron de amor le presentaron al mundo como una de esas bolas de algodón de azúcar, donde las felicidad estaba lista para ser tomada, el crecer lo desasnaría de manera impiadosa. Ya su adolescencia fue bastante ardua, no era mal estudiante pero tampoco se destacaba demasiado del montón, apocado y tímido, el resto de sus compañeros vieron en él la victima ideal de sus bravuconeadas y pavoneos hormonales, era un colegio mixto, y los jóvenes machos humanos aprovechaban cualquier ocasión para llamar la atención de las jóvenes compañeras, su incapacidad para defenderse como correspondía lo hacían la victima preferida de los compañeros de camada.

La universidad no fue mejor, la violencia física desaparecía en una relación inversamente proporcional a la sensación de inexistencia pública en la que se movía, pocos parecían tomar cuenta de su presencia, mucho menos de su existencia. Así casi como invisible termino su carrera e inicio la búsqueda de su desarrollo profesional, una profesión que no le gustaba pero que su solicita madre había elegido para él, ella también, tan previsora, le consiguió trabajo, a través de conocidos, en un banco pequeño, donde serian apreciadas sus credenciales de contador.

Pareja si, consiguió por si mismo, o algo parecido; cuando la soledad y el onanismo eran su rutina, cuando sentía que enloquecería si algo no cambiaba, decidió tomar la iniciativa y contrato los servicios de una agencia matrimonial, acepto la primera de las personas con las que hubo de compartir una entrevista, ocho meses después estaba casado, tenia 35 años.

Su vida sexual no sufrió grandes variaciones, una vez su mujer logro el objetivo de embarazarse perdió el poco interés que pudo despertarle la libido de su marido, ella deseaba ser madre y a eso se dedico plenamente, casi ignorándolo después de haberlo logrado. Por mucho que lo intentara solo logro algo parecido a una familia, la frialdad dominaba las conversaciones, casi no existían muestras de cariño, en rigor de verdad solo él era expresivo sin encontrar eco en su esposa, la opresión en el pecho, la angustia profunda lo llenaban por completo.

El dolor en la mandíbula lo volvió a la actualidad, su realidad era patética, se acomodo para apoyarse mejor en el caño descansando con mas holgura, bajó el brazo tanteando el pequeño arco de metal, pensó en la huella que dejaba de su paso por el mundo y su rostro nuevamente se ensombreció, apoyo el dedo en la pequeña palanca y dejo caer el peso de su mano sobre ella.

El estruendo resonó con ecos parecidos a carcacajadas por la casa vacía…

miércoles, 16 de enero de 2008

Percepción de la relatividad.


…Jorge siente que debió hacer más cosas, darse más gustos, ser más feliz. ¿Se puede elegir ser feliz?, claro que si, ciertamente es mas una cuestión de actitud que de aptitud.

Si parece que hubiera pasado una eternidad desde que vio a Inés por primera vez, hasta entonces, considerado mujeriego, había recorrido unas cuantas de las camas de su compañeras de curso; pero ella era diferente, lo que sentía iba mas allá del deseo y todo eso a una ineludible primera vista.

Esta bien, le pasa a todo el mundo mirar tele sin ver, la soledad de un día de semana de un pesado verano fomenta el recuento y eso empezaba a hacer, uno paso los cuarenta y es difícil librarse de pequeños balances involuntarios, el calor aprieta, pero en la casa, rodeada en su frente y fondo por jardines, no se nota tanto, la televisión esta pasable, como telón de las reflexiones.…

… El Pelusa se rasca la cabeza, manía conservada desde la época en la que tenia una abundante cabellera. Los piojos, además de un grupo musical que alguna vez cree haber escuchado, eran su perenne karma, hasta que irritado por la picazón y el dolor, decidió raparse y no dejarse crecer más el pelo para evitar ser colonizado nuevamente por esos bichos infames.

La noche le resulta cómoda, en ella se desenvuelve sin miedo, casi como un ánima en pena, es que realmente su alma esta lastimada, una niñez entre cartones por paredes, ropa usada por muchos antes que el, calores sin ventilación, fríos sin abrigo, con la suciedad como estigma y compañía; la noche entre la arboleda de las grandes casas le llenaba el olfato de lo único que el sentía puro, la vegetación, a la vez que lo protegía con su manto mientras, oportunista mas que metódico, miraba hacia todos lados, imaginando lo que ocurría en el interior de las coquetas casas del barrio. Sus dos compañeros tienen la mirada torva y aspectada, casi como si quisieran amedrentar a un desconocido enemigo, bueno, esa es la real idea detrás de su apariencia…

… Jorge cuelga el teléfono, Inés lo ha llamado desde la casa de sus padres en un pueblo del interior de la provincia, todo esta tranquilo, como no podría ser de otra manera en un lugar así. El busco esa casa, tratando de recrear algo de la tranquilidad tantas veces dibujada con palabras por su mujer, eso mas la sensación de un verde legitimo bajo la planta de los pies desnudos, con su vecino mas cercano a setenta metros, una verdadera garantía de paz y descanso todo el año. Para eso ambos se esforzaron, ahora lo estaban disfrutando…

… El Pelusa se dirige a “El Tajo”, sin gritar pero con vehemencia, los dos compañeros que le preceden se detienen mirando con atención al primero. Pelusa encontró uno de esos inesperados tesoros, la puerta posterior del parque de una de las casas abierta, invitadora. Sin preocuparse por ocultar sus rasgos el trío se mete con cierto sigilo en la frontera de la morada, rumbo a la vivienda principal, El Rengo mas rezagado hace un pàneo de la propiedad buscando un perro guardián o señales de alarmas instaladas, El Tajo, hace honor a su nombre y extrae de entre sus ropas un cuchillo de carnicero de importantes dimensiones, Pelusa fija su mirada en la abierta puerta que daría a la cocina de la vivienda principal, un regalito del dios de los ladrones. La adrenalina los invade, el tiempo se acelera con vértigo, siempre sucede así, el tiempo vuela cuando uno se divierte…

…Los ojos que se cierran cuasi con vida propia, no es que este aburrido el programa, pero el cansancio acumulado de las guardias, el fresco del lugar frente a tanto calor a lo largo del día, conspiran para darle la sensación de estar viendo las cosas como en televisión, incluyendo la misma televisión.

La hoja de acero se apoya en su cuello, los ojos salen de su ensoñación y la mano desnuda la aferra, filo incluido, espantándola como si fuera, simplemente, uno de los habituales mosquitos, El Tajo sorprendido por la reacción no alcanza a usarla como mas sabe y se encuentra forcejeando, un tanto estupefacto, con alguien decidido y enojado. Jorge, sintiendo la sangre deslizarse por la mano, comienza a dominar el arma que se apoyo inicialmente en su cuello, atónito quien la esgrime, pierde el control sobre ella de manera muy evidente.

La rápida reacción del dueño de casa, deja paralizado en cierta forma al Pelusa que mira como el Tajo esta a punto de perder el cuchillo, determinante del equilibrio en la balanza de la situación, raro en el, permanece congelado viendo la escena del forcejeo pero sin racionar ni física ni mentalmente. Casi como materializándose de la nada, el Rengo aparece detrás de Jorge y lo detiene con un certero golpe en la cabeza, una tenaza en su mano indican que el no se ha dejado dominar por la sorpresa, Jorge cae pesadamente al suelo sin perder la conciencia y una concienzuda andanada de patadas lo ubican rápidamente en su lugar, Victima…

No podríamos decir que Jorge haya perdido el conocimiento, solo quedo un poco aturdido, muy dolorido y mas enojado, quizás de poder pararse los enfrentaría, eso es mejor que quedarse en el suelo enroscado y maniatado, perdiendo sangre como única acción. Los tres mal vivientes, a su manera, cada uno con su golpe favorito, le exijan dinero, los objetos electrónicos de valor ya están en su poder, y descreen de la negación sobre la existencia de una suma importante de efectivo, así que matizan su cuestionamiento con una nueva andanada de golpes que solo logran aumentar la furia del dueño de casa, el tiempo, los granos de arena del reloj de la vida, caen con extrema lentitud para el medico, inmovilizado, golpeado y furioso en el piso de su sala, cuanto mas se quedaran estos hijos de puta, cuanto mas.

Cuarenta minutos de amenazas y golpes con una única respuesta, “no hay mas dinero”, el trío de visitantes sienten que apenas han llegado, tienen la tentación de esperar la llegada de mas personas, quizás ocurriera, pero El Pelusa es conciente que no deben abusar de su suerte; un metro setenta por debajo, Jorge piensa si aun se quedaran mas tiempo, llevan una eternidad revisando y golpeando, su cuerpo duele por la posición y la paliza, además de de su orgullo, infinitamente mas lacerado, sus amarres están flojos, podría liberarse, pero esta en una posición de franca desventaja, así que mordiéndose trata de permanecer quieto.

Los murmullos aumentan a su alrededor, ruido de preparativos, El Pelusa se acerca a Jorge, y después de un par de patadas le da unas sugestivas recomendaciones sobre lo que no debe hacer una vez que lo dejen solo, el medico asiente, deseando que esta infinita espera llegue a su fin.

… El Rengo abre la marcha, caminan dentro aun del predio, con cierta displicencia, una breve y habitual reunión como al final de cada atraco, donde se encontraran, como se dispersaran, cumplida la ceremonia y ceca del portón de salida sus músculos se tensan a causa de la última oleada de adrenalina.

El Rengo y El Pelusa salen corriendo hacia la derecha, mientras El Tajo, intenta lo propio hacia la izquierda, pero la trompa de un vehiculo lo detiene en seco, un patrullero esta detenido casi a la salida, el mismo sobre el que el tercer malhechor desparrama su anatomía, el sargento que lo conduce, de rápida reacción baja del auto dando la voz de alto a la pareja que se aleja, el agente que lo acompaña intenta lo mismo con el Tajo, quien por reflejo, clava el enorme cuchillo en el cuello del policía. Los borbotones desesperados del agente, alertan a su compañero, quien arma reglamentaria en mano, desparrama buena parte del cerebro del maleante sobre la calle y el pasto, acto seguido apunta cuidadosamente y dispara a los otros dos hombres que corren hacia la parte mas alejada de la cuadra.

Un quejido sordo del Rengo y su caída son percibidos por el Pelusa, este, sabiéndose jugado, suelta un botín que no es importante como para perder la vida por el, aunque como siempre supo, es un riesgo propio de ese, su trabajo. Gira la cabeza en la huida, para saber de donde es atacado, y ve que el Rengo se mueve, rápidamente decide cambiar hacia el frente de la esquina a la que originalmente apuntaba, con el fin de protegerse con unos árboles del efectivo tirador que lo tiene apuntado, pero un agudo dolor le llena el pecho, siente que se ahoga mientras va cayendo de rodilla, quiere girar la cabeza pero no logra hacerlo, deja de sentir, deja de vivir.

… Medico al fin, Jorge revisa al Rengo, único sobreviviente, los cadáveres de sus compañeros están tapados, un poco al menos, con papel de diario, mientras una ambulancia se lleva el cadáver del agente que tuvo reflejos mas lentos. Un barrio mas tranquilo, como un pueblo de provincia, toda la vida quiso vivir en un lugar así. Como se vuelve a entrar en la propia casa después de haber sido violado en su intimidad, destruida la sensación de seguridad que da el propio hogar, lo que sigue es un volver a empezar, recuperar la confianza, confianza en la vida misma…



Nota: este es un cuentito un poco mercenario, escrito con el único objeto de ser presentado a un concurso, pero fantasía al fin, no lo iba a desperdiciar, confío en que al menos un poco les haya resultado interesante.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Promesa.


… nunca me había acercado a tales eventos, desde luego que las recriminaciones no faltaban, el que dirán, la familia, argumentos inconsistentes para mi idea de la vida. Así que fiel a mi mismo me aleje del mío.

Si he de ser honrado, mas que por unidad de criterio, me fui por que me preocupaba ella, la sabia triste y dolida, si yo mismo tenia una penetrante angustia difícil de sobrellevar y soy “duro”, o al menos así me mostraba, la marcha va por dentro dicen. Sabia que ella también evadiría la ceremonia, no se si por las mismas razones que yo, pero somos tan parecidos que no me cupo mas que suponer eso mismo.

No me costo encontrarla, estaba en el banco del parque donde nos dimos el primer beso profundo, supongo que vendría de nuestro querido lugar de encuentro, donde se nos conocía desde hace décadas. La constante sonrisa que iluminaba su rostro había desaparecido, definitivamente no logre inculcarle algunas de mis ideas, aunque siempre ha sido mas sensible que yo, si bien a ambos se nos han derramado lagrimas en las mismas circunstancias; ciertamente necesitaba un abrazo, pero algunas veces no podemos manejar los acontecimientos así que sabía que no se lo podría dar.

Me acerque despacio, solo yo lograba hacerla sonreír cuando la tristeza la embargaba y estaba dispuesto a que no fuera esa mañana la excepción, me senté a su lado, sin que ella me pudiera ver, pero si sentir, y comencé a susurrarle suavecito cada uno de los segundos que, compartidos, nos hicieron tan felices.

Cerro los ojos y casi con magia su blanco pelo se oscurecía ante mis ojos, la piel de su rostro volvía a tener la tersura que sentí sobre la palma de mi mano una mañana de verano en un café de la capital, despacio su boca comenzaba a dibujar su clásica sonrisa, fresca como siempre, pero con los matices de nuestra ya lejana juventud, la conocía demasiado como para saber que podía sacarla de su tristeza. Apoye mi mano sobre la suya y note como se le erizaba la piel, siempre había sido así, treinta años no habían quitado la magia del roce, brillaba, era nuevamente luz, esa luz que me atrapo en lo que seria solo un café de amigos hace eones.

Me miro, no pude dejar de sorprenderme, suponia que nadie podia, con el clásico gesto de nena triste me recrimino el no haber cumplido mi promesa, me reí, como no hacerlo, si su sonrisa, de nuevo en su rostro, era por demás contagiosa, le dije que no era así, que había venido a cuidarla como había prometido, con un gesto de picardía me aclaro que no era esa la manera convenida, racional como siempre he sido le aclare que uno hace las cosas como puede, que a veces las circunstancias mandan por encima de los deseos e intenciones. Afectuosa acentuó esa maravillosa sonrisa y me dio un beso suave en los labios, nuevamente sorprendido pero feliz le volví a reiterar que la seguiría cuidando como le había prometido millones de veces, riendo me dijo que así seria, por que no me soltaría la mano, como tantas veces nos habíamos dicho, la mire intrigado, ella sonrió por enésima vez y asintió, no iba a discutir, no tenia sentido, ya nos conocemos demasiado, así que de la mano, nos levantamos y sin mirar atrás partimos juntos; raro, conservamos el mismo aspecto que cuando nos conocimos…

Las palomas parecían custodiar a la sonriente anciana que a primera vista parecía dormitar, solo parecía, por que su corazón ya no latía en este mundo.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Metafora de amor


La sutil silueta de la mujer, se desplaza por la habitación, despojada ya de pudor y ropa, se sabe mirada, le gusta, conserva un garbo especial, sus movimientos son sutiles, casi etéreos, pero con una intencionalidad, que si bien no expresada, se desborda por si misma.

El solo la puede observar, también despojado de sus prendas, sentado en un pequeño sillón, tratando de verse normal, desnudo, fumando y con una evidente erección, se siente un tanto ridículo, pero a la vez extasiado ante la imagen de su pareja, desenvuelta, deambulando, sugiriendo una mezcla de pasión y dulzura que desconciertan. El sabor del tabaco en la boca es apenas el preludio de la necesidad del sabor de esa mujer, esta inquieto pero lo disimula, cada primera vez es así, misterio, ansiedad y por que no, un sutil temor a no estar a la altura, aunque sin saber a la altura de que.

Desde las sombras del sillón le sugiere que se recueste sobre el lecho, relajada y boca abajo, que cierre los ojos y solo se deje llevar por las sensaciones, sin hacer ruido, recoge de entre sus ropas la pequeña pluma amarilla y se acerca a ella, la contempla, se acomoda a su lado y comienza con el suave elemento una danza sobre la piel de la dama. La recorre, se deleita observando las casi imperceptibles respuestas ante el recorrido de la pluma, la piel erizada, los suaves quejidos de gusto, la tensión en ella que se empieza a mover ansiosa. La hace girar y repite las pinceladas sensuales, sin acercarse a las regiones de la anatomía deseada que mas solicitan la caricia, las rodea, le niega el esperado contacto, un sudor tibio comienza a decorar el femenino cuerpo, la música de la respiración agitada toma el ritmo de un acelerado corazón, la lucha interna es evidente, la ansiedad junto a el deseo, el placer de no saber cuando llegara el toque esperado en el lugar esperado, el descubrimiento de sensibilidades desconocidas en lugares impensados, la humedad del sexo ansioso, de la piel estimulada, las artísticas pinceladas con una pluma que van dibujando una obra de arte diferente, única, exquisita.

Cuando él, con mucha sutileza da el toque final recorriendo los lugares que lo llamaban en silencio, contempla con una mezcla de sensaciones el cuerpo arqueado de ella ante el bombardeo sensorial, sin poderse contener, deja caer la pluma y la reemplaza con sus dedos, sus manos, su boca, reiniciando el recorrido, sabiendo ya, el destino que ambos esperan, anticipándose, deseando el ser uno solo los dos…

miércoles, 24 de octubre de 2007

Ojos de cazador


La antropología reconoce que el fenotipo humano corresponde al de un cazador, los ojos al frente, con la capacidad de calcular las distancias, la visión tridimensional, rudimentos naturales con que se han dotado a todos los seres que recurren, en sus respectivos hábitats, a la caza como medio de subsistencia.

Cual es la metodología del cazador humano, que misteriosos elementos sopesa en su interior en el momento de acechar a su presa, como se desenvuelve un macho solitario en el coto elegido para conseguir la o las presas que satisfagan sus necesidades básicas, primarias.

Ese solitario macho humano, ante la necesidad se prepara, medita la naturaleza de la presa a elegir, evalúa las posibilidades, las necesidades, su propia capacidad. El solitario macho humano, cazador nato y experimentado, se dirige con sigilo a su lar elegido, concentrado, fruncido el ceño, adusta la mirada. En el lugar, observa el entorno, lo recorre tratando de pasar desapercibido, estudia el terreno, evalúa las presas, atento, conciente de la importancia de sus actos.

Se detiene cerca de un posible objetivo, alerta, olfatea el aire para llenarse con los aromas de las presas posibles, se mimetiza con el entorno, sigiloso, cauto, viviendo el momento con verdadera intensidad, sopesando en su mano habilidosa, el instrumento que lo ayudara en su objetivo.

Elegida la presa, no duda, se acerca a ella, la contempla con cautela evaluando sus características y propiedades, su olfato le dice que esta en la dirección correcta, el objetivo es el indicado, su sistema simpático, estimulado por el regodeo previo de los sentidos, ante la perspectiva del próximo alimento lo motiva, no hay duda, no hay miedo. Se enfoca, se acerca, la mirada fija en la próxima victima, que indefensa ignora su destino, su inexorable final, una mano como garra se extiende rápida y ágilmente, apoderándose de la presa, no se le resiste, ya es suya, suya…

Ya esta el chorizo colorado en la canasta del supermercado, faltan las lentejas y el pan, el resto esta en casa, hace frío, que rico guisito para mejor pasar un día frío y lluvioso, llevaría un buen vinito, no?.

martes, 9 de octubre de 2007

Sangre de mi sangre.


No sabe de cigüeñas ni de calidos y nutritivos pechos que lo acunen. No sabe de días ni de noches, nadie lo abraza, ni siquiera imagina que es todo eso.

Lentamente va tomando conciencia de si mismo, sus ojos atrofiados apenas le dan la sensación de claridad y oscuridad, de la misma manera sus oídos, en similares condiciones lo hacen pasar por variedades de zumbidos, atenuados, alguna que otra vez cadencias rítmicas lo envuelven y reconfortan, aunque desconoce el concepto de música. Pudiera parecer lo contrario pero su vida esta lejos de ser aburrida, quizás no perciba el entorno como nosotros conocemos, pero si lo hace de maneras que no somos capaces de imaginar, su cerebro, potencia cualquier posibilidad sensorial, de esta manera fue aprendiendo como es el mundo a su manera, al menos el pequeño mundo del que es miembro.

El placer y el displacer van tomando forma en su interior, las vibraciones del entorno van dibujando figuras móviles y estacionarias, algo parecido a colores percibidos con la piel, sonidos que tienen sentido y significado, a través de estos fenómenos va sintiendo, va siendo él un individuo. Se maravilla del milagro de la vida a medida que su pequeño cerebro madura con premura, se va haciendo sabio, ya que su mente sin ataduras es capaz de resolver enigmas que ni han sido planteados, su mente es luminosa, brillando como si su embrionario rostro fuera capaz de sonreír.

Ha madurado rápidamente aunque desconoce el significado del tiempo, su mente es capaz de desprenderse de su atrofiado cuerpo y nuevas sensaciones enriquecen su bagaje de conocimientos, sin presiones, sin distracciones se ha vuelto sabio. Un universo desconocido para la mayoría se va develando como los tomos de una enciclopedia; sin ser capaz de sentir cansancio, absorbe la información con avidez, con seriedad. Sin los artilugios de la lingüística es plenamente conciente del significado de las cosas tangibles y las intangibles, vuela en las alas de las aves, nada en el lomo de los peces, conoce el sabor de todas las cosas, percibe el aroma de cada partícula elemental, cada segundo enriquece su intelecto y su alma, sin egoísmos, sin envidia ni rencores es un ser enteramente puro, perfecto.

Vuelve al refugio de su cuerpo al percibir la sensación del movimiento físico, se concentra en esa nueva experiencia, sabe que no esta solo de una manera diferente a anteriores ocasiones, la primera noción del frío, físico, lo envuelve y la disfruta antes que padecerla, su piel hipersensible es estimulada por la húmeda tela que lo recorre, hay mas seres a su alrededor, aunque se sabe incapaz de comunicarse.

Un grito mudo y desesperado estalla en todo él, un dolor lacerante y profundo, desconocido e insoportable atraviesa el centro de su cuerpo, ¿Por qué?, la silenciosa pregunta sin respuesta llena su agarrotada mente mientras el mas exquisito de los dolores anula el resto de sus percepciones, siente como esos seres a su alrededor hurgan el interior de su cuerpo atrofiado sin contemplación, incapaz de perder la conciencia solo puede sufrir, no entiende que puede motivar que le infrinjan semejante tormento, así, con este ultimo pensamiento, su luminoso ser se apaga para siempre, nunca logro darse cuenta el verdadero proposito de su existencia...

No era que el ambiente fuera precisamente opresivo, al contrario, los psicólogos habían indicado las características que debería tener al lugar en cuanto a disposición y decoración, algo así como el diseño mediante un conclave de arquitectos, expertos en Feng Shui, psicólogos y vaya dios a saber que tipo de perito más. De todas maneras, con todo el esfuerzo puesto para el relax de los ocupantes, no dejaba de ser una sala de espera, donde, detrás de unas ominosas puertas, la gente vivía o moría según los designios del destino y la mano de la ciencia. El medico, con una impecable presencia y una no menos impecable sonrisa, aparece raudamente desde el interior de una de las salas de operaciones que se albergan detrás de las mencionadas puertas.

-¿Por favor doctor, dígame como esta?

-Quédese tranquila, su marido esta bien, tiene lo mejor de la medicina que el dinero puede comprar, además de ser, en este momento, el centro de atracción internacional..

-Estoy preocupada, jamás hicieron este tipo de operación.

-Técnicamente si, el transplante de riñón es algo demasiado trillado desde el punto de vista medico, eso no representa problema. Habiendo eliminado la posibilidad de rechazo, nada hay que temer, se recuperara en pocos días.

-¿Y el "Clon"?

- Despreocúpese también, si me permite, ahora que ya esta hecho, le contare de manera sencilla. Clonamos, como usted sabe, dos espermatozoides de su marido como si fuera una fecundación, como para que sea capaz de entenderlo mejor. El clon en si mismo no es, técnicamente, una persona, con mecanismos de bionanotecnologia, inhibimos de manera selectiva el desarrollo de sus diferentes órganos y cuerpo, de manera que apenas sea un deposito de el o los órganos que pudiéramos necesitar, en este caso los riñones; en si carece de cualquier tipo de conciencia. El clon nada puede sentir ya que ni siquiera permitimos que su cerebro se desarrolle, digamos que es la maquinaria mínima para que los riñones funcionales vivan, una ves cumplida su función se lo desecha. Estamos orgullosos, la técnica ha sido muy limpia, solo deberán cuidarse, al principio, de la prensa, no siempre se inicia una era en una ciencia, y nosotros, usted incluida, somos los pioneros en esta nueva y auspiciosa etapa.

-Gracias Doctor, usted sabe que somos creyentes, temía que, de alguna manera, estuviéramos haciendo algo de lo que, mas adelante, nos arrepentiríamos eternamente...